Datos personales

- Rosa B.G
- Mi afición por las letras me ha traído hasta aquí para crear este espacio donde compartir. Muy agradecida por vuestro seguimiento, vosotros lo hacéis más interesante cada día. Todos los textos y demás publicaciones tienen derechos de autor protegidos.

Desde que me dejó
-Hoy voy a contar una historia personal convertida, ¿por qué no? en un relato para blog o página web. No me da apuro compartirla, es de lo más natural y real, por tanto, no creo que nadie se escandalice(o sí; qué más da, si decido publicarla es con todas las consecuencias).
Desde hace un tiempo soy pareja estable de una persona del mismo color (no tengo nada en contra de las parejas mixtas, quede claro). Llevamos años juntos, casi siempre pegados, estemos al sol o bajo el agua, pareciera que nacimos el uno para el otro (típica frase de amores primerizos, lo sé).
A veces nos sentimos manipulados yendo donde no queremos ir, más bien nos llevan y sin preguntar. Un día normal en nuestras vidas puede ser muy descansado o de lo más movido, ya no depende de nosotros. Si hay algo que no soportamos es cuando nos agarran de cualquier manera para que nos situemos dentro del habitáculo donde nos encierran por pequeños espacios de tiempo (depende, pueden ser horas) para poder viajar juntos. Aquí no hay billete de primera ni de segunda, donde nos toque y con quien nos toque.
No gustamos de juntarnos con parejas de marca, logotipos o cualquier tipo de marketing; más bien todo lo contrario, somos de lo más corrientes.
Nos relacionamos con parejas de distinto color y estilo; aunque con lo blancos que somos enseguida destacamos entre todas ellas. Es lo que hay. Uno no elige como ser. Eso sí, a carácter no nos gana nadie, somos bastante estirados en comparación a otros que son bastante cortitos(sin ofender a nadie) y presumen de marcas. Lo nuestro no es presumir, está más que demostrado que somos sencillos, que no es lo mismo que simples.
Todo tiene un principio y un fin, eso siempre fue así desde el origen de los tiempos. Realmente vivimos aventuras y anécdotas que pocas parejas podrían contar a lo largo de sus innumerables años juntos(el paso del tiempo los vuelve apáticos y rutinarios). Recuerdo tantas historias compartidas en todos estos años que podría rellenar muchas páginas para contarlas.
Elegiré algunas para que nunca se me olviden.
Nos descolgamos por el alambre que hay justo debajo del piso donde vivimos, fue toda una experiencia (no todo eran risas, el miedo también ocupó su lugar y esa adrenalina nos hizo más fuertes si cabe). Nos colamos en la bañera tras abrirse el agua de repente (aún hoy no sabemos quien fue) y nos empapamos; era en pleno invierno y el frío, si no nos mató, nos hizo más fuertes. El tendedero nos trae muchos recuerdos también, apoyados en él charlamos muchas noches viendo las estrellas y la luna llena, propio de nuestras pasión por los astros.
Todo iba bien, se puede decir que la vida nos sonreía, y nosotros sin saber hasta que punto.
Un domingo, tras nuestro baño juntos, dando vueltas a nuestra existencia pasó algo sorprendente: mi pareja desapareció. Llevo meses esperando a que vuelva. Me quieren rejuntar con otra pareja, pero no estoy por la labor porque sigo enamorado de ella y quizás su ausencia me lo grite a los cuatro vientos.
Cada día espero para ver si durante el baño ella aparece. Se ve que se perdió o que quiso dejarme, pero así, sin una nota ni nada tampoco es plan. Si quiere rehacer su vida con otro, al menos que sea sensata y no me mortifique. Mi vida como calcetín desparejado no es nada fácil. Toda la vida juntos y ahora soy uno solo, impar e infeliz.
Rosa B.G
13/01/2021
LOS IDEALES DEL ABUELO
Sus hijas, unas mocitas ya, ayudan a su madre en las diversas tareas. Carmen atiende de buen grado las encomiendas de su madre, cosa que Julia no lleva tan bien. Dos hermanas, mismos padres, misma cuna, pero distinto carácter y talante ante la vida. Son dos polos opuestos: Carmen es tranquila, discreta, trabajadora y muy obediente. Julia, en cambio, se muestra poco afable, de carácter rudo, y el trabajo no es su fuerte.
Clemente es un hombre astuto para los negocios, sabe encauzar bien la economía de su casa. Conoce a cada jornalero, sus fortalezas y debilidades; sabe como tratarlos para sacar lo mejor de sí mismos. Él también fue jornalero en su juventud. Al casarse con Generosa, pasa a tener las tierras de sus suegros que, a su vez, heredaron de sus antepasados. Sabe muy bien lo que cuesta subir en esta sociedad que ahora empieza a levantarse con el esfuerzo de los que arriman el hombro.
Hablamos de 1946, a sus 43 años, Clemente se siente un joven con muchas inquietudes y ganas de reinventarse el mundo. Hombre culto, rodeado de libros de astronomía y medicina, los compra de forma clandestina puesto que en esta época ser inteligente no tiene el visto bueno de los gobernantes.
Compra el calendario llamado "Zaragozano" que recoge la información relativa a todo el año respecto del tiempo, la siembra, las cosechas, las fases lunares y el modo en que éstas afectan al trabajo en el campo. También hace referencia a los productos y abonos más eficientes del mercado, así está siempre al día en todos los avances. Le gusta estar informado, no escatima tiempo para leer, de noche o los domingos por la tarde, sin descuidar su trabajo. Su inquietud por aprender le mueve. Una pluma en la mano, después de cenar, le acompaña para anotar los pagos y cobros referentes a sus cosechas, a los jornaleros, los productos y herramientas que compra para el uso diario en las fincas. También hace anotaciones sobre lo que lee en los libros que guarda con gran esmero en la estantería de su habitación, detrás de la mesa que utiliza como escritorio. Hay un tipo de libros clandestinos sobre política y partidos políticos que empiezan a surgir los esconde en una maleta vieja que esconde bajo la cama. También escribe papeletas informativas para las reuniones sindicales clandestinas, es un alma inquieta y perseverante.
Tiene un secreto desde siempre. Su esposa lo sabe, pero calla porque en esta época es lo que hay, la mujer obedece y calla. Casi se puede decir que una vez casada pasa a ser propiedad del marido. Son sus ideales políticos que en esta etapa de dictadura le remueven por dentro y non son pocos los días en que piensa el modo de rebelarse. No es persona desmemoriada, tiene grabadas imágenes muy crueles en su retina tras esta dura guerra.
La dictadura existente en el país le impide expresar esta rebeldía, es lo que hoy llamaríamos un "anti sistema". Mantiene reuniones clandestinas con simpatizamtes del Partido Comunista Obrero Español, siendo muy peligroso acudir a éstas porque no sabes si alguno de ellos es un infiltrado o quien dice ser, como simpatizante. Pueden denunciarte a las autoridades, y no es el primero que aparece muerto en la cuneta de los caminos del pueblo o en la puerta de su propia casa. Pero él es arriesgado y astuto, al mismo tiempo que observador. El miedo no es compañero en su vida, pero sí que toma precauciones.
En los domingos, Generosa a parte de ir a misa, preparar la comida y la limpieza general de la casa junto a sus hijas, no se percata de estos asuntos en los que anda metido su marido y que pueden poner en peligro a la familia. Poco a poco Clemente se introduce cada vez más en estas reuniones donde se fraguan los ideales comunistas. En la mayoría de ellas ya es el portavoz, el líder. Sus lemas más conocidos y repetidos: "El miedo es el que frena, debemos apartarlo de nuestra cabeza". "Un pueblo oprimido no es feliz ni avanza". "Hay que impedir que nos opriman, no somos borregos y si hay que dejar la vida en ello, se hace".
En 1948, Clemente da un paso más en su lucha pintando muros por las noches junto a sus camaradas escribiendo frases provocadoras: "No tenemos miedo"; "Vivir en la dictadura es como estar muerto"; Un pueblo silenciado no vale la pena"; "La muerte no es el fin de los ideales".
Es su modo de agredir a un Régimen que durante la Guera Civil y en estos años posteriores, asesinaban a las personas sin motivo alguno. Recuerda a su abuela llorando en la puerta de casa tras presenciar el asesinato de su marido, a sangre fría. Un tiro en el pecho, atado de manos y pies, como Jesús en la cruz. Y estos son los que luego van a misa y rezan, se santiguan y dan la mano a los viudas que ellos mismos dejaron en esta situación de desaliento. Pero el pueblo calla, no queda otra.
Los párrocos son cómplices de estos asesinatos, y si no aceptas "su religión" sucumbes a su poder que llega a tal extremo.
Otros recuerdos de su juventud: partir al frente, cargar el fusil a la espalda y luchar contra el otro bando, sin más. Cruda dureza la de esos recuerdos, con los que es difícil convivir y no querer rebelarse.
Los saqueos a las casas de campo, la violación de mujeres incluso delante de su marido e hijos. Dureza extrema que ha ido formando sus ideales. Hay que ponerse en su piel para entender tal rebeldía y coraje, que se enmarcan en un odio nunca olvidado y con raíces profundas. Una mochila cargada a cuestas que ya pesa demasiado a estas alturas de la vida.
Cierto día, un domingo cualquiera, va más allá de pintar muros, de escribir leyendas y anotaciones con su pluma grabadas con sangre en su corazón.
Coge la escalera de madera y sube al tejado, y se dispone a pintar la chimenea que por cierto queda reluciente con un blanco luminoso. Generosa, desde la cocina, se percata de que ha subido y le pregunta desde la ventana de la cocina: ¿Qué haces ahí arriba?
-Estoy pintando la chimenea, está muy negra del humo, ya bajo.
-Me parece muy bien, sí que le hace falta. Creo que la misa hoy te sentó muy bien, y eso que a ti los curas no te conmueven, dice su esposa conteniendo la risa para sus adentros.
-Generosa, vete a seguir con la comida que ya sabes lo que pienso de esos cabrones. Anda, anda y no la tengamos que los domingos son para descansar y estar con la familia.
.Está bien marido, era broma. Voy a ver como va el cocido, y ten por seguro que te pondré el mejor trozo de carne para compensar tal chascarrillo.
Hay que ver, hay que ver (hablando sola se adentra a seguir con sus tareas pero con la impresión de que su marido está tramando algo).Ya son muchos años juntos, como para no conocerle, pero mejor callarse y dejar pasar, no preguntar demasiado. El hombre es el que manda en casa, no se puede poner en enredicho lo que él piense o diga.
Tras una hora, se sientan a la mesa. La mesa está vestida de domingo con el mantel de flores bordado a mano por su madre, regalo de boda, forma parte del ajuar que heredó de ésta. A Carmen le gusta bordar, de hecho ya empieza a bordar los manteles, paños, toallas y sábanas para su ajuar. A sus 15 años ya pasa a ser moza casadera, aunque solo se casará tras un largo noviazgo con lo cual le quedan algunos años como soltera. Las mozas crecen con esos ideales, es lo propio de la época.
Julia, la otra hija, tres años más joven, piensa no ser tan sacrificada. No quiere aprender a bordar, y lo hace a regañadientes obligada por sus padres. Su idea es casarse con un hombre rico y apuesto que le de todos los caprichos que considere que necesita. Vestir como una ricachona al uso, con sus collares de tres vueltas y los pendientes más bonitos que se hayan visto por el pueblo en moza alguna. Alardea con todas estas ideas y su padre la llama cabeza hueca. Más de una vez hace que aterrice en el mundo real con una buena bronca. Que debe aprender un oficio como todas las mujeres, y sobre todo estudiar, dejar atrás la pedantería y la incultura. Le pone de ejemplo a Carmen, su hermana mayor, y eso la incomoda y provoca que más de una vez se enfrente a ella, discutiendo hasta tal punto que es su madre la que calma el avispero.
Este domingo el cocido es servido en la mejor vajilla, también regalo de bodas, que ya viene de su abuela pero con el poco uso y el esmerado trato que se le da, pasa de generación a generación en perfecto estado. Es una loza muy buena, traída de América, cuando su abuelo emigró por el momento que le tocó vivir, huyendo del hambre en años muy miserables. A Carmen le encanta esta vajilla con las cerezas pintadas a mano, pura artesanía, le gustaría heredarla. También la máquina de coser, que ya viene de la tatarabuela, y ahí está, sigue cosiendo y creando obras de arte en las manos de Generosa y su hija. Los domingos por la tarde, se sientan las dos a coser, aprovechando telas de cuadros de manteles viejos, de camisas y de faldas que ya no se sirven. Con estos retales crean servilletas y paños de cocina que luego bordan y quedan impecables y alegres a la vista. Mientras la moza corta e hilvana, su madre cose en la máquina con esmero. Se turnan para así poder aprender la chiquilla de ojos marrones brillantes por el entusiasmo que le produce poder manejar por fin la máquina. No pocas veces le ha costado terquear con su madre para que consintiera, ya sea por miedo a que se lastime o por estropear la máquina.
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Todos los domingos sigue su rutina, echarse una siesta tras la comida y el café con gotas de orujo, el oro de Galicia de todos los tiempos. Generosa lo nota intranquilo hoy y le pregunta: ¿Qué te ocurre? Estás raro, y no te veo con intención de siesta. ¿No te llegó la pintura para la chimenea?
-Calla mujer, calla, cosas mías. Nada de lo que preocuparse.
-Anda a echarte la siesta y quedarás como nuevo.
-No, hoy no quiero dormir, voy al taller que estoy con algo pendiente.
Como hace cada tarde de domingo(pero esta vez no es después de la siesta porque los nervios no le permiten tumbarse), se va al taller. Le llama así a una cuadra que en otra época guardaba un rebaño.
Clemente, sudoroso, pero nada asustado, con cara de incertidumbre, sale del taller y saludo a los presentes:
-Buenas tardes, sres. ¿qué se les ofrece?
-¿Aún lo pregunta? ¿se está burlando? dicen los militares cargados de ira.
-No sé lo que quieren, si me lo dicen, podré saberlo.
-Usted sabe bien lo que hizo, además venimos siguiendo sus pasos clandestinos en política hace meses y por fin le podemos arrestar porque le hemos pillado con las manos en la masa.
-¿Masa? ¿Qué masa? si yo estoy trabajando con madera, cola y lija. No sé de que hablan.
-No sabemos si es idiota o ha perdido la cabeza. ¿Acaso no llega lo que hizo que aún quiere tener más condena por desacato a la autoridad? Usted es un sinvergüenza en toda regla.
Acto seguido le atan las manos, y le dejan cinco minutos para despedirse de su familia, diciendo que es la última vez que le verán vivo. No paran de repetir que es un viaje de ida, sin vuelta. Y que ya ven lo poco que le importa su vida y la de su familia.
Llega su esposa e hijas y no entienden qué está pasando para que se lo lleven así, sin más.
-Marido, ¿por qué te llevan? ¿Qué pasa? grita Generosa llorando desconsoladamente, abrazada a él, y a sus hijas.
-Nada mujer, tranquila, en pocos días estoy de vuelta. Es un malentendido, seguro. (Trata de contener las lágrimas de su mujer e hijas, y oculta todo lo sucedido para que no sufran, sabe que probablemente sea la última vez que las vea, pero no puede decírselo para no hacerlas sufrir).
- Ven pronto, te necesitamos.(queda gritando y llorando mientras los guardias se lo llevan de malas maneras, entre empujones y golpes).
-Hasta pronto, familia, a lo más tardar en unos días estoy de vuelta. Vigila bien los campos y los jornaleros, hay mucho que hacer estos días pendiente. Tenéis que ayudar a vuestra madre, sed buenas hijas. Os quiero.
Abrazadas permanecen largo rato, llorando, y Generosa no podía creer lo que le estaba pasando. Una pesadilla, un mal sueño quizás, pero no, es real. Se llevan preso a su marido y queda sola, desamparada en tiempos difíciles y con dos hijas adolescentes. Sospecha, en sus adentros, que las andainas políticas de su marido sean la causa de este triste y lamentable episodio.
Pasan los días y sola tiene que enfrentarse a todo, la casa, el campo, el cuidado de sus hijas y llevar las cuentas de los pagos y cobros de la casona. Trata de sacar fuerzas de donde no las hay, seguir con su vida y la de sus hijas. Duros días, meses, un año. El tiempo pasa deprisa y cada vez las noticias que tiene de Clemente son peores. Se suele comentar que si no sales liberado en días, eres carne de fusilamiento seguro.
La pobre mujer, desesperada, va a misa cada domingo y no para de llorar, hasta que un día el párroco le hace señas para que se quede al salir, que quiere hablar con ella.
Espera, sentada en el último banco, junto a la puerta y el cura le hace señas para que se acerque al confesionario. Sin entender nada, accede a su petición.
-Ave María Purísima, dice el padre.
-Sin pecado concebida.
-Hermana, tenemos que hablar en voz muy baja porque estamos todos bien vigilados, ya que debo tratar un tema con usted muy delicado. Se trata de lo que hizo su marido el día que le encerraron.
-Diga padre, diga, escucho en silencio, descuide.
-Bien. Su marido es seguidor del partido Comunista, imagino que ya sabe algo, aunque no todo, supongo, porque siempre comenta que no sabe nada.
-No sé nada, padre, nada de nada. Lo juro,(prefiere callar lo poco que sabe por si es una trampa).
-Pues ahora ya lo sabe, y lo peor es lo que hizo ese día, ya sabe, cuando se lo llevaron a la fuerza.
-Dios mío, ¿Qué pudo hacer? si es un hombre bueno, trabajador, buen padre y marido. No entiendo nada, tiene que haber algún error o alguien le implicó en algo feo. Dígame de una vez, padre.
-Verá, ese domingo que subió al tejado pintó la chimenea de blanco, ¿verdad?
-Sí, pero no sabía que pintar la chimenea es un delito.
-No, no es delito. Lo que es un delito es lo que dibujó sobre la chimenea, Sra.
-¿Qué pintó? no vi nada, es blanca, nada más.
-Es blanca porque los guardias borraron lo que pintó al momento que vieron lo que estaba pintado para no provocar sublevaciones entre los vecinos. Sabe como está todo, hay muchas disputas de años atrás, entre familias y eso podría avivar los odios y rencillas.
-Pero ¿qué dibujó Clemente? si puede saberse.
-Se lo voy a decir, porque veo que no sabe nada y es una víctima más de esta afrenta de su marido a la autoridad. Dibujó la bandera del Partido Comunista, la hoz y el martillo, en plena dictadura, ¿entiende ahora porqué no vuelve con ustedes? Creo que sus días ya están contados, se lo digo para que se haga a la idea y se resigne, la vida es así. Hay que tener conciencia de lo que hacemos, todo tiene sus consecuencias. Lo lamento por usted y sus hijas, que no tienen la culpa de su mala cabeza.
-Dios mío, pero ¿este hombre se ha vuelto loco? ¿no piensa en nosotras, en él? padre, se lo suplico, tiene que ayudarnos, ayudarle a salir. Usted tiene mucho poder con los militares, por favor.
(Generosa se derrumba en un llanto desesperado).
-Hermana, no puedo hacer nada, es muy grave lo que hizo a pesar de ser un buen hombre como usted dice, pero no tiene cuidado de sus actos y palabras, que ofenden al gobierno. No puedo interceder. Lo siento.
-Padre, por favor, piense en mis hijas, solamente en ellas. ¿Qué será de ellas? cualquier hombre mezquino se casará con ellas aprovechando la falta de su padre, sabe como funciona todo. La mujer no tiene ningún valor sin hombre al lado, y ellas no van a tener a su padre, le privan de él. Por favor padre. Se lo ruego, inténtelo.
-Está bien, hija, al menos hablará bien de la familia, intercederé. No se haga ilusiones, no creo que consiga nada de lo que me pide. Es muy grave lo que hizo. Vaya a su casa y descanse, pase el día con sus hijas y cuide de ellas. Es su misión.
-Gracias padre, espero noticias suyas. Gracias, se despide llorosa, pero con algo de esperanza mezclada con la rabia de saber lo que Clemente hizo.
Pasan los meses, y cada domingo Generosa habla con el párroco en el confesionario, esta vez trae algo de esperanza a la pobre mujer, muy delgada y sumida en la tristeza.
-Hermana, traigo algo de esperanza. Si promete que no lo vuelve a hacer, que deja sus ideales y que llevará una vida ejemplar, le dejarán libre en unos días, justo cuando hace 2 años que fue encerrado.
-Dios mío, usted es una gran persona, le estoy agradecida toda la vida. Yo misma vigilaré que no vuelve a las andadas y que no se mete en ninguna historia rara. Se lo juro. Hoy vuelvo a ver la luz.
-Vaya tranquila, hermana, pronto estará de vuelta con ustedes. Me ha costado mucho convencerles y sobre todo convencerle a él para que de el brazo a torcer. Pero después de varias charlas, Clemente promete hacer todo lo que le piden. Y en esas estamos, pronto vuelve a casa, sano y salvo. A punto estaba de perder la vida.
-Gracias padre, mil gracias. Nunca podré agradecerle tanta bondad. Es usted una persona con el alma muy grande. Dios le permita vivir muchos años y le de una vida plena.
-Nada, hermana, vaya con Dios. Quedamos así. Esto llega a su fin, y para bien.
Generosa, loca de contenta, llega a casa y da la buena nueva a sus hijas, lo que hace este domingo un día maravilloso y alegre. Aunque hasta que le vea llegar sano y salvo, tiene sus dudas internas que aplaca con las risas y cariño de Carmen y Julia, su auténtica fuerza durante estos dos años.
Pasan 5 años, ya la historia de Clemente olvidada, tres años desde su vuelta a casa, y las cosechas a punto de recogerse, un buen año por las altas temperaturas y el agua abundante por estos terrenos.
Generosa no deja de vigilar, con cautela, lo que hace Clemente al volver del campo. Sabe que sus ideales son muy fuertes, y pone en duda que se haya olvidado de todas su "fanatismo".
Mientras recoge la vajilla lavada del fregadero para secarla y guardarla, con todo el esmero, ve que su marido se levanta de la siesta al poco de ir a acostarse, ni 15 minutos estuvo Clemente recostado.Con mucha sutileza va tras él para ver qué hace, le parece muy raro que no descanse más tiempo. No es lo habitual.
Clemente avanza por la puerta de la cocina, sale por el portal pequeño que da al camino. Desde ahí se dirige al taller y lo ve venir con un bote de pintura y una brocha. Ella, incrédula, permanece escondida para ver qué pretende su marido, hombre de grandes hazañas con trágicos resultados.
El hombre coge la escalera, y por la parte de afuera de la casa, donde sabe que ella no le vería desde la ventana, sube al tejado y comienza a pintar un trozo de la pared, la parte más alta que da al camino de paso. Ella, perpleja, sin mediar palabra, se abalanza sobre la escalera y como loca presa de los nervios, empieza a zarandear la escalera de un lado a otro, como poseída por un demonio.
-Mujer, ¿Qué haces? ¿estás loca? suelta la escalera, me vas a tirar, estás muy loca.
-¿loca? tú no sabes lo que es una mujer loca, criando dos hijas, durante dos años, sola, llorando día y noche, suplicando al cura para que te soltase...tú no te haces una idea de lo que puede hacer una loca como yo al verte ahí arriba repitiendo la hazaña de hace 5 años (Generosa zarandea la escalera a uno y otro lado, cada vez con más fuerza, hablando entre gritos, como poseída por un demonio).
-Suelta la escalera, suelta, me bajo, me bajo, No hace falta que te pongas así. Por favor, para.
-¿Tienes miedo a una loca que zarandea la escalera? a ti te voy a dar yo medicina de la buena. Baja ya, y guarda la pintura porque como vuelvas a hacer algo así y quieran encerrarte, no hace falta que te lleven, ya te mato yo. Eres un loco sin remedio.
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"Las andaduras de este hombre forman parte de la historia del pueblo. Más tarde se afilió al PCE tal y como era su deseo cuando los partidos dejan de ser clandestinos y surge la democracia, tras largos años de dictadura. Hoy en día, su nieta sigue algunos de sus pasos, no en política pero sí en la defensa de los derechos. Trabaja en un Sindicato Nacional como asesora laboral y recuerda con cariño las hazañas de ese abuelo que años mas tarde le contó su madre, Carmen. Un pequeño homenaje a todos los personajes de este relato y la reivindicación de derechos"
“ Una profesora más”
“CHASPURREADO”
Javier y Ariadna quedan para cenar en una cita aplazada desde hace tiempo.Una copa de vino, entre risas, y ya van por el segundo plato, típico del lugar. Entre miradas cómplices, la noche se alarga.
Poema a la vida
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Un poema a la vida |
Hoy escribo un poema a la vida,
al que ríe, al que llora y al que canta,
escribo juntando letras,
mientras busco la rima.
Hoy le escribo al tiempo, a los días,
las horas, los minutos que pasan,
escribo al que espera,
y al que parte, en su ida.
Hoy le escribo a la simpatía,
la tristeza, y las letras me acompañan,
escribo para el que crea
con arte y se inspira.
Hoy escribo para el que envidia,
el indiferente, y el que alcanza
todas sus metas,
para el que no se decida.
Hoy escribo con soltura, sin prisas
con la única esperanza
de que se entiendan
las letras de mi poesía.
Hoy escribo al sueño, la rutina,
y tejo con palabras,
que en mis labios se enredan
sin querer decirlas.
Hoy escribo a la melancolía,
al que teme, al que ama,
al que siempre pierde
al que se queda en la orilla.
Hoy escribo a la valentía
al que desgasta el alma,
al que no miente
por esconder la cobardía
Escribo a la noche y al día
y a la luz de la mañana,
escribo entre papeles
que se tiñen de tinta.
Y con cada uno de estos versos
he llenado las letras de VIDA
Rosa B.G (C)
En su compañía
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El nuevo empresario
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Imagen de internet |
abrimos la puerta y ¿Qué nos encontramos?
un señor de corbata y camisa muy fina.
En la mesa de juntas igual se toma un gazpacho
como se reúne con personas muy decididas
firma entre potaje de lentejas y garbanzos
el mafioso contrato de la nueva piscina.
Un señor no muy corriente, bastante gabacho,
que habita su traje con mas de dos vidas
como si no existiera la noche o el descanso
al sentarse a la mesa de todo se olvida.
Llega una dama y pregunta al secretario,
que pase, la conozco de toda la vida
se ve que el tema hoy no es de trabajo
la joven entra despacio, casi de puntillas
Buenos días, aquí estoy don Eustaquio,
no me esperaba, eso ya me lo temía,
vengo a terminar lo que empezamos
en la noche que le dejé en comisaría
yo me callo todos sus sucios trapos
a cambio de tener una buena vida.
-Uy, pero si en eso ya estamos
sabes que eres por mi querida
tú sabes mucho de mis engaños
tu conoces mi vertiginosa vida.
No sé porque hablas con rodeos
pideme lo que quieras, Casilda
cojo la chequera y nos vamos,
a comer, bailar y lo que me pidas
-Eustaquio, no te hagas el despistado,
a mí no me vengas con esas prisas,
sabes de sobra que habíamos quedado
para cobrar mi parte de la piscina,
que para eso me he conquistado,
a ese señor, un hombre altas miras,
si se entera que le hemos engañado
te veo vendiendo churros en la esquina.
-Cálmate Casilda, ese está encarcelado,
le echan las culpas de la dichosa piscina,
y nosotros como ya hemos cobrado
estamos tranquilos, y disfrutando la vida.
Fue muy buena tu coartada del baño,
esa puso en la investigación la guinda
ahora el caso pasará a secreto sumario,
salimos inocentes, libres de toda pesquisa.
-Ay, Eustaquio, que mal estás informado,
si me llaman y suelto lo que sé, ¿te imaginas?
no soy tan tonta como para quedar esperando
que me pases el dinero, porque todo es mentira
sé que tienes a otras esperando el resultado
de tu hazaña, a mí me espera la despedida.
Yo que tú, tendría mucho cuidado,
que te puedo dar la misma medicina.
(Así acaba la historia de don Eustaquio
que solo pensaba en la avaricia,
ese día le dieron vino hasta caer borracho
amaneció sin ropa, ni chequera, ni vida).
Rosa.
Manolo
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"A la bella flor "
dejando un largo silencio,
como quien se va para siempre
como a quien se lleva el tiempo.
Te busco entre tanta gente,
pero ya nunca te encuentro,
aprendí que nada es eterno
que tu ida es fría y duele.
Y después del largo invierno
mi alma sigue cubierta de nieve.
Te envío cartas llenas de besos,
aunque nunca hasta ti lleguen,
sé que ahí no llega el correo
las escribo por si un día las lees.
Y veo tus rosas de terciopelo,
de tus añorados jardines,
donde con una flor en el pelo
me cantabas "los quince abriles"
ay madre, cuanto te quiero,
bella flor, a donde te fuiste?
Como seguir sin tu consejo
en los momentos más difíciles,
y como vencer esos miedos
que en la vida siempre existen.
Estabas en un camino ciego,
donde los días eran grises,
Dicen que te has ido al cielo
y que desde allí nos sigues.
Ay bella flor, cúanto te quiero,
ay madre, cuánto me diste!
Rosa BG
Agosto 2014 (C)
"Si llueve que llueva"
El 23 no es Navidad...
A la puerta del comedor social, alguien la toma de la mano. Una voz masculina bajo el uniforme de voluntariado de la ONG:
_¡No quedes ahí fuera! somos una familia, es navidad, todos tenemos derecho a vivirla, ¿no crees?
Ángela siente luz en su corazón, que deja de ser un iceberg y su alma cada vez menos pequeña. Los ojos de Daniel aparecen por Navidad, como veintitrés mil veces lo hubiese deseado... ahora hay mucho que contar.
Hoy es 24, Navidad, aunque el 23 sea su número de la suerte.
LA RESPUESTA DE LA PRINCESA
Despedida de la princesa |
Luego están los pensamientos
Para el príncipe apuesto,
El pintor de sueños... habla a la princesa
aquí llega el pintor
a dar la respuesta
a tan rara situación.
Busco en mi paleta
los colores del amor
y borrar la tristeza
que hay en tu corazón.
Se ve que la nobleza
no es tu ilusión,
y se ve que el poeta
cuenta su versión.
No creas en promesas
y busca en la razón
no creas en ofertas
ni en saldos de amor
El que bien te quiera
respetará tu decisión
y que se quede fuera
si la respuesta es NO.
Cada palo aguante su vela
cada uno con su dolor.
Que renuncie a tu belleza
que acepte tu adiós.
Yo te ofrezco la belleza
de los colores y del amor
traigo pinceles y paleta
traigo encendida la pasión
dibujo las flores frescas
que adornan tu balcón
son para ti linda princesa
las traigo con devoción.
Ya habitas mi cabeza
ganaste mi corazón
quiero pintar las estrellas
y quiero ser tu pintor
dibujando la luna llena
llenar la noche de color
para dárte a ti, princesa.
un cielo lleno de fulgor.
Para ti todo es quimera
y para mí eres la razón
para el príncipe la nobleza
es su única función
para el poeta los poemas
y yo, doy a tu vida color.
Decide con entereza
y hallarás la decisión.
No dejes que te convenzan
con versos, ni narración,
no te dejes llevar por riquezas
ni palacios, ni ostentación
que tu solo eres la princesa
del que gane tu corazón
Busca desde la quimera
en las palabras del escritor,
buscan dentro del poema
si vale la pena ese amor.
Y el príncipe de la nobleza
tan astuto como soñador
te mostrará sus riquezas
para demostrarte su amor.
Yo no poseo tierras,
ni palacios, ni ostentación
solo poseo mi paleta
mis colores y mi pasión
pintar es mi vida entera
quererte a ti mi devoción
por eso te pido princesa
que me elijas, por favor.
Que se acabe la espera
que me quedo sin color
y eso no es señal buena
si le pasa a un pintor,
que por las noches sueña
con dibujar tu corazón.
No quiero pintar sirenas
solo quiero darte mi amor.
No quiero cambiar tus ideas
no soy el indicado, ni la ocasión,
tan solo quiero que entiendas
lo que me produce tu amor.
Rosa B.G.
(c).
Habla el poeta a la princesa...
Mi querida princesa
que estás desencantada
de la falsa promesa
que se vuelve rana.
El príncipe te espera
en la carroza dorada
yo solo soy poeta
no te puedo dar nada.
No ves la quimera
esa historia inventada
eres la última estrella
que ilumina mi ventana
en las noches de primavera
la musa que me acompaña
con tu sonrisa hechicera
con tu dulce mirada.
No sé si eres sincera
aunque juegas con ventaja
por ser una princesa
por ser una gran dama
Me pierde la pereza
me refugio en la desgana
vivo con entereza
esta historia de la nada
Me pierdo en tu belleza
sin hallar esperanza
pues no poseo riquezas
pero te ofrezco mi alma
mis versos, mis poemas,
mi pluma no es de plata
es del pájaro que no vuela
porque rompiste sus alas
Sin aires de nobleza,
y sin caprichos de hada
resuelve con franqueza
esta doble encrucijada:
¿quieres a este humilde poeta
o al príncipe de hojalata?
no me digas que te lo piensas
porque el tiempo se acaba.
Búscame princesa encantada
y hallarás al franco poeta
al que en verdad te ama
al que siempre te espera
ni castillos, ni fachadas
solo amor, letras y poemas.
Te habla el poeta...
en las noches y las mañanas.
Rosa Barrera
"A la princesa altanera"
Rosa Barrera
Un amor entre letras
Enseguida congeniaron, se encuentran cada noche en el Chat de la radio. Sus palabras cortan el silencio. Llegan las 23.00 horas, su cita diaria, se saludan y coquetean hasta el amanecer.
Asun, la becaria nueva, se desmayó. Intentan reanimarla, pero nada pueden hacer ya por su vida. Path entra para ver de cerca lo ocurrido, y presiente lo peor.
Huye sin saber a donde, pensando en lo que leyó antes de apagar el ordenador:
Rosa Barrera
Amor de ida y vuelta
Cada día te veo pasar y se me llena el alma de alegría. Tantas veces pasas por mis manos, tantos momentos en los que te voy desgastando. Siento que ya no estés aquí conmigo, haciéndome compañía tan a menudo como antes.
¡Maldigo la hora en que llegaste a mí!
Esta mañana te utilizo como pocas veces, para dejar que te vayas cuanto antes y no sufrir al no sentirte mío. Vestido de ese color lila, imponente, con esas estrellas que te rodean y ninguna de ellas soy yo.
Relato adaptado ... "Cena para dos"
No me llames princesa...
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